Excepto un par de estos edificios que son anteriores a la Guerra Civil, los demás son bastante recientes. Pero tanto unos como otros, necesitan retoques de vez en cuando (aunque en algún caso ha sido un poco más que retoques) y aquí os los traigo, para celebrar la rehabilitación de su fachada, cosa que siempre hay que festejar ya que es una parte importantísima del confort de sus propietarios y también de lo que nos concierne al resto: la estética de la ciudad.
Situado en la C/César Elguezábal 39 y Pascual Pérez 16. Emilio Herrero, 1934. Aunque se le hicieron algunos añadidos en los años 60, conserva casi intacta su fachada y la puerta de acceso original.
C/San Vicente 37 de 1967. Desde luego tiene un mérito añadido: no hay cerramientos incontrolados, excepto un curioso mirador en la 7ª planta, que trata de emular al que hay al otro lado.
Este elegante edificio, de 1978, ocupa un emplazamiento privilegiado y destacado en la unión de las plazas de la Muntanyeta y Calvo Sotelo (también tiene fachada a la C/Pintor Agrasot). Enteramente recubierto de placas pétreas que han sido sometidas a su afianzamiento y limpieza.
Rambla de Mendez Núñez 38/Santo Tomás 1. Edificado en 1978 sobre el solar donde estaba ubicada la famosa pastelería La Parisién (que continuó en el nuevo edificio unos años) y donde ha estado muchos años el Banco Urquijo, no es la primera reforma de fachada que tiene. En la anterior le fueron retiradas las placas de mármol rosáceo que cubrían los antepechos de los balcones. En esta ocasión, solo se ha reformado la fachada de la Rambla, haciendo especial hincapié en el trasdós de los voladizos que están compuestos de perfiles metálicos y ladrillo conformando unos planos en volumen distintos sobre el forjado de hormigón.
Edificio del Paseo de Soto 18, promovido por Francisco Martínez y proyectado por Juan Vidal Ramos en 1935, así de bien lo han dejado cuando se rehabilitó hace algún tiempo.
Para amenizar esta entrada sobre casas, pues recurro a "Una casita en Canada" éxito de finales de los años 50 y que tan mal ha soportado el paso del tiempo. Y es que entre la propia canción y la vocecilla de la cantante argentina Elder Barber, queda de lo más cursi. Un apunte: Elder Barber fue la estrella que inauguró la mítica sala de fiestas Albany situada en los bajos del Casino, en la Explanada y la C/San Fernando.